Rafael Reátiga Rojas y Richard Armando Píffano Laguado, fueron tiroteados hace un año en Bogotá, en un confuso incidente en donde ambos resultaron muertos. Luego de unas severas investigaciones, la Fiscalía General ha revelado que ambos sacerdotes contrataron a 2 sicarios para que los asesinen, debido a que uno de ellos poseía el virus del VIH.

Días antes a su deceso, ambos sacerdotes habían intentado suicidarse en un accidente de tráfico, pero al no poder lograr su objetivo decidieron que la única manera de que podían acabar con sus vidas era contratando a alguien que lo lleve a cabo. Los resultados fundamentales de la investigación fueron publicados hoy por el diario bogotano El Tiempo, que indicó que los sacerdotes llegaron a un "pacto de muerte" una vez que a uno de ellos le había sido diagnosticada "una enfermedad contagiosa incurable".

Reátiga, de 36 años y párroco, y Píffano, de 37, aparecieron tiroteados a bordo de un auto el 27 de enero del año pasado en un descampado de Kennedy, populosa localidad de la capital colombiana.