Un gato romano, de nombre Tomasso que vivía hasta hace poco escapándose a diario de su casa para deambular en las calles romanas, ha pasado de ser un simple gato en todo un magnate. Su querida dueña, una viuda sin hijos identificada únicamente como María de la Asunción, murió a los 94 años, pero antes dejó escrito de su puño y letra un testamento en el que legaba a Tommaso pisos y casas por un valor millonario, una última voluntad que ha hecho de él uno de los felinos más ricos del mundo.

El único inconveniente es que la legislación italiana nopermite a los animales ser herederos directos, por lo que se le ha asignado un tutor a Tomass, con quien compartirá su vida y riqueza, además de que se quedará al cuidado de una enfermera amante de los gatos. Los dos vivirán a partir de ahora en una casa a las afueras de Roma, aunque Stefania perjura que ella no tenía idea de lo rica que era su amiga María de la Asunción: "Yo le prometí que iba a cuidar al gato cuando ella ya no estuviera", ha declarado al diario Telegraph.