Damien Hirst, un artista conocido por causar polémica con sus obras, en las que utilizaba tiburones disecados y ovejas en escabeche, ha vuelto nuevamente a ser el centro de atención, recibiendo duras críticas por su insensibilidad, al utilizar el cráneo de un niño fallecido aproximadamente a las 2 semanas de nacido, cubriéndolo con más de 8 mil diamantes de color rosa y blanco, según recoge el diario The Telegraph.

Según Sally Russell, representante de un grupo a favor de la crianza de niños, afirma que esta obra puede ser muy impactante para los padres han perdido a sus hijos, "El señor Hirst no tiene la intención de ser insensible, pero tendrá un profundo efecto en muchas personas que se encuentran en momentos delicados". La obra se expondrá a finales de este mes en un galería de Hong Kong, junto con otras pinturas y esculturas del artista, hasta el momento, dicha galería no ha informado sobre el precio de esta singular obra de arte.

Para Hirst, el motivo de esta obra se inspira en las calaveras del arte azteca: "Cuando miras una calavera, representa el final, pero cuando ves un final tan hermoso, te da esperanza", aseguró Hirst.