Los padres del pequeño Juan Fernando González, de 13 años, se enteraron lo que el niño tenía en el estómago cuando éste les pregunto que podría pasar si es que se tragaba unas agujas. Después de que le explicaran que era muy peligroso y que podía morir, el niño ingirió 33 agujas y dos trozos de alambre, teniendo que ser operado de urgencia.

El niño acababa de ver una serie de televisión en la que una costurera se tragaba accidentamente una aguja y quiso vivir la arriesgada experiencia. Los dolores de estómago lo obligaron a contárselo a sus padres y fue trasladado a un hospital de Huila, donde los médicos esperaron a que los objetos transitaran por sí mismo y fueran expulsados. Después de varias horas, esto no ocurrió y los especialistas decidieron realizarle un laparotomía para extraerle las agujas y el alambre. Según los médicos, el niño tuvo la suerte de que las agujas no tocaran ningún órgano importante, y ahora se encuentra recuperándose satisfactoriamente.