Un parque en Estados Unidos genera electricidad para que los faroles de este puedan ser iluminados, gracias a un mecanismo que convierte el excremento de los perros que pasean por el parque en la energía que se necesita. Los dueños de los canes deben depositar las heces en un tanque especial que convierte el gas metano en electricidad.

Esta inciativa es parte de un proyecto organizado por el artista Matthew Mazzotta, que quiere concientizar a la gente la importancia del reciclaje y que "no se desperdicien los desperdicios"